martes, 9 de marzo de 2010

la poesía regalada

/tenías un sol
en cada hombro.../

Borracho y blanco
me mirabas,
mientras desparramabas
tus edades y tristezas
en esa casa
(esa casa que nos
une y nos separa)

Ahí yo te regalaba poesía. La amasaba.
Y te la daba.

Para que le untaras
el jugo de tus ojos
y le pusieras
arena de tu pelo...

Hay una poesía eterna,
una poesía que nunca se termina,
flota en el tanque
de este lado,
adorando tu sol amarillento,
desnudando su vigilia poderosa,
comiendo, quemándose
por dentro

Es la poesía
eterna y regalada
Nace y muere
sólo en el intento
de hacerte saber
que mis ojos te sostienen
desde esta estrella,
siempre de lejos

2 comentarios:

La Humada dijo...

Qué lindo ines!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

te gustó dani??
q bueno. me inspiró un amor onírico.
siempre presente en los sueños..

inesa